miércoles, 15 de octubre de 2008

EL PROCESO DEL DUELO ANTE LA PÉRDIDA

Ante cualquier pérdida, el ser humano se siente afectado, ya sea un bien material, un amigo que se va, una pareja que se pierde, un ser querido que muere. Afrontar la pérdida es más o menos difícil según cada persona, su forma de creer, de pensar, de ver el mundo, del valor que para uno tiene aquello o quien se pierde. En mayor o menor medida todos sufrimos un proceso de duelo y este es sano. Aún así el tiempo que dura ante la pérdida de un ser querido puede llegar a ser tan patológico que la persona que ha sufrido la pérdida no se recupera del todo nunca. Es lo que llamamos el Duelo Patológico.
Acabará en el momento en que te despidas y le dejes marchar, sin rencores, sin amargura, con una sonrisa en los labios recordando tantas vivencias juntos, tantas esperanzas. hablare de estas fases, pero de momento, si te encuentras en fase de duelo, intenta despedirte con serenidad. Muchas veces, solo cuando estés preparado, funciona, siéntate y escríbele una carta de tu puño y letra, fírmala, y la quemas en un adiós sosegado. Entonces te sentirás libre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi muy mejor qamiga, te acuerdas?, ya no me producen esclofríos pronunciar tu nomre, Azucena, Azucena Azucena.No solo no me produce angustia, ausencia infinita, regueros de lágrimas descontroladas, soledades, sino que se me llenan los pulmones de tu aire y tu nombre cuando respiro.Hace poco más de un año que te fuiste y no he podido ser capaz de dajarte ir hasta hace unas semanas, cuando me dí cuenta que, hablando con Amparo, sonreí recordándote y nos reímos juntas de las tonterías que hacíamnos las tres cuando salíamos de fietuki (esa palabra eres y es tuya). Recuerdas que nos llamaban "las tres marías"?Te quise mucho. Luedo me fui a casa tranquila como hacía mucho tiempo y esa noche te soñé, nena, que bien lo pasamos en ese sueño! Por la mañana volví a sonreir y lo supe, me tenía que despedir y dejar que te marcharas, pedirte perdón por si he sido agoista todo este tiempo queriendote toda para mí sola, y en ello estoy, diciendote adiós con mi cariño desde la época del cole, hasta que moriste y hasta siempre. Adiós, siempre estarás en mis sueños y en mis recuerdos. No te preocupes por mí, estoy bien y estaré bien. Adiós Azucena desde mis tiernos recuerdos, desde lo más profundo de mi ser. Vete. Te quiero.

Anónimo dijo...

Después de seis o siete años maravillosos sin una sola discusión vi que todo se derrumbaba. Mi grupo de amigos había sufrido un shock.
Una persona se sumó al grupo una tarde de agosto de hacía un año y lo había disuelto. Secretos, conspiraciones, traiciones, mentiras, tergiversaciones habían corrido como el agua. Todos creíamos tener la razón pero las luchas de poder iban minando poco a poco la amistad y no lo veíamos porque estábamos ciegos.
Hace un mes aproximadamente abrí los ojos y vi un desierto. ¡Qué desolación! Fue la peor sensación de pérdida, soledad e impotencia que había sufrido jamás. Denunciando las injusticias cometidas por una persona me había ganado la enemistad de una parte de mis amigos. ¡Qué sensación de traición! Me sentía como si me hubiera metido en un pozo y se hubiera soltado la soga. Me tiré al suelo. Miraba a la lámpara del techo y cantaba cualquier cosa como un demente. De pronto encontré la salida: la vida es cambio, mis amigos han cambiado y si me resisto al cambio muero. Quien no me quiere ha de irse por donde vino, y no puede hacerme daño. Yo me quedo con quien me quiere: mis tres princesas. Todo parecía resuelto. Cogí papel y lápiz y escribí un intensísimo y breve diario de dos días que recoge la catarsis. Esto me me alivió profundamente.
A veces sigo cometiendo algunos vicios. Pero soy una persona nueva. Nunca te resistas al cambio, cambia tú con el entorno.