Ante cualquier pérdida, el ser humano se siente afectado, ya sea un bien material, un amigo que se va, una pareja que se pierde, un ser querido que muere. Afrontar la pérdida es más o menos difícil según cada persona, su forma de creer, de pensar, de ver el mundo, del valor que para uno tiene aquello o quien se pierde. En mayor o menor medida todos sufrimos un proceso de duelo y este es sano. Aún así el tiempo que dura ante la pérdida de un ser querido puede llegar a ser tan patológico que la persona que ha sufrido la pérdida no se recupera del todo nunca. Es lo que llamamos el Duelo Patológico.Acabará en el momento en que te despidas y le dejes marchar, sin rencores, sin amargura, con una sonrisa en los labios recordando tantas vivencias juntos, tantas esperanzas. hablare de estas fases, pero de momento, si te encuentras en fase de duelo, intenta despedirte con serenidad. Muchas veces, solo cuando estés preparado, funciona, siéntate y escríbele una carta de tu puño y letra, fírmala, y la quemas en un adiós sosegado. Entonces te sentirás libre.